Me llamo Melanie Ferrero. Vivo en España, en Madrid. Soy una chica normal, del montón; siempre había odiado ser una más entre millones.

Justo en el momento en el que pensaba que mi vida no podía ser más monótona, llegó él a mi vida y la puso patas arriba, me hizo destacar y sentirme la más especial del mundo entero con una sola mirada y una sonrisa.

Pero, claro, la vida no podía ser tan fácil.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Cap. 3: Encuentro

Mientras caminaba por la calle, con el balón bajo el brazo, pensaba en Valeria, mi mejor amiga. Probablemente ahora mismo estaría recorriendo las calles de Madrid entero, buscando a Justin Bieber entre ellas. Hoy era el día en el que estaba planeado que llegara a España, aunque su primera aparición en público iba a ser dentro de nueve días, en el concierto que daba. Por supuesto, yo no había conseguido las entradas, a pesar de que entré en webs, taquillas, tiendas... nada. En último recurso, me inscribí en tres concursos en los que los premios eran dos entradas... pero no hubo suerte. De modo que, mientras Justin Bieber pisaba el mismo suelo que yo, respiraba el mismo aire que yo y cantaba para miles de chicas afortunadas a tan sólo unos pocos kilómetros de mí... yo iba a estar en casa, llorando y escuchando sus canciones en mi iPod. Era triste, sí, pero no había remedio. La vida era injusta.
En ésto, ya había llegado a la cancha. Había alguien jugando en ella... solo, al baloncesto. Era un chico, pero no pude determinar nada más suyo, porque llevaba una capucha puesta y no se le veía la cara.
Me acerqué y entré en la cancha. Se volvió hacia mí, y por el respingo que dio supongo que no le hizo mucha gracia verme.
-¿Puedo? -dije, más que nada por decir algo. Pasaron unos segundos y dijo en voz baja:
-Claro.
Su acento era extranjero, inglés. Le miré con curiosidad, pero desvió la vista, y de todos modos no podía verle más que la barbilla porque llevaba la capucha muy calada y siempre se las arreglaba para que no le viese la cara bien.
Algo en él me sonaba. Quizá le había visto antes en el barrio.
-¿Eres... de aquí? -dije, mientras lanzaba una canasta (y por una gran casualidad del destino, metí).
-No. He venido de vacaciones -su acento me hacía gracia, hablaba como intentando disimular algo.
-¿De donde vienes? -dije, mientras me hacía a un lado para que tirase él. Metió canasta también.
-Canadá. Me llamo Justin, ¿y tú? -me dijo, pasándome su balón (que era mucho más nuevo y mejor que el desgastado mío). Lo cogí y tiré a canasta, pero ésta vez no metí.
-Melanie, pero puedes llamarme Mel -dije, mientras pensaba que probablemente en Canadá había muchos Justins-. Y... ¿te gusta España?
-Es muy diferente de Canadá. Pero me gusta -vi que tenía problemas para hablar. Se notaba que no sabía mucho Español, así que le ofrecí hablar inglés, ya que yo era medio inglesa y lo dominaba [a partir de ahora todos los diálogos con Justin o con gente inglesa son en inglés]-. Ah, así está mejor.
-Nunca he estado en Canadá. ¿Cómo es?
-Bueno... en España todos gritan mucho -dijo, con algo de ¿timidez?-. No te ofendas, es la verdad.
Pareció que iba a decir algo más, pero se calló.
Mientras tanto, seguíamos pasándonos el balón y tirando a canasta. Algunas veces metíamos, otras no. Hablamos de muchas cosas, como las diferencias entre España y Canadá, delirios sobre el futuro, aficciones y deseos. El tiempo se me pasó volando, y una tarde que iba a ser solitaria y aburrida se convirtió en una de ésas tardes que desearías que se quedaran allí para siempre. Justin compartía muchas ideas conmigo, le gustaría ser actor (al igual que yo) y planeaba irse a vivir a Estados Unidos en cuanto pudiera, aunque me confesó que ya había vivido varias veces en Estados Unidos.
Poco a poco fue anocheciendo y no nos dimos ni cuenta. Como estábamos en pleno verano, se hizo de noche a las once, y así fue como me di cuenta de lo tarde que era.
-¡Oh, madre mía, ya es de noche! Tengo que llamar a mi abuela, espera un momento -le dije, sacando el móvil del bolsillo y marcando el número de casa de la abuela. Sonó tres veces antes de que lo cogiera, y cuando contestó no parecía asustada ni enfadada.
-¿Diga?
-¿Abuela? Soy yo, Mel. Lo siento, estoy en la cancha y me he retrasado jugando con un chico. ¿Estabas preocupada?
-No, cariño, ya sé que eres capaz de cuidarte tú solita. Y bueno, ése chico... ¿es guapo?
-¡Oh, abuela! Ahora no, ahora no.
-De acuerdo. Te doy hasta la una. ¡Que te diviertas! (Oh, dios mio, se me han olvidado las semillas de granílea en el sótano) ¡Te dejo, cariño! -colgó.
No me sentí extrañada. Mi abuela era así de rara. Siempre lo había sido. Me volví hacia Justin y le vi bebiendo de una botella de agua, apoyando contra la rejilla que delimitaba la cancha.
Me acerqué a él.
-¿Cuándo te vas? -le dije.
-Bueno, se podría decir que... tengo todo el tiempo del mundo. -me sonrió, y me ofreció agua. Bebí un trago de la botella y se la devolví.
-De acuerdo. Yo hasta la una. -nos sentamos uno al lado del otro, apoyando la espalda contra la rejilla. Me rodeé las piernas con los brazos y le hice la pregunta que llevaba queriendo hacerle desde que le vi, casi-. Oye... ¿por qué no te has quitado la capucha en ningún momento?
-Es una moda en Canadá.
-Lo digo en serio.
Suspiró hondo y me miró, bueno, al menos giró la cabeza en mi dirección, como yo no le veía los ojos...
-¿Quieres que me la quite?
-Sí. Bueno, no sé, me gustaría verte la cara. Si no, empezaré a temer que seas un fugado de la cárcel o un terrorista o algo así...
-Ah, vale, pero prométeme que no va a cambiar nada, ¿de acuerdo?
Asentí, pensando: "qué chico más raro", y a la vez preguntándome si es que tendría algún problema en la cara o algo así, como para que le diera vergüenza enseñarla.
Entonces, se quitó la capucha. Le miré un momento, y lo primero que se me ocurrió fue: "pues no tiene ningún problema en la cara".
Después me dí cuenta de que estaba sentada al lado de Justin Bieber.
-¿Justin Bieber? ¿Qué...? No lo entiendo. ¿No estabas en Madrid? -fue lo primero que acerté a decir. Él se rió y me dijo:
-Bueno, yo dije que iba a llegar a España hoy. No a Madrid.
-Pero... pero... -respiré hondo-. En fin, mejor me callo. Supongo que no te gustará que la gente ande preguntándote cosas como embobados mirándote, y menos aún que las chicas griten y se desmayen al verte como si fueras un extraterrestre asesino invadiendo la tierra.
Nos quedamos en silencio mirándonos un momento.
-¿Qué? -dijo Justin, riéndose.
-Nada, no me hagas caso. Cuando empiezo a hablar digo cosas bastante estúpidas, como lo del extraterrestre.
-A mí no me parece estúpido. Es bastante cierto, la verdad. Lo de que todas se mueran por mí... bueno, es un poco pesado.
Dejamos el tema, puesto que era bastante incómodo.
-¿Puedo hacerte una pregunta personal? -le dije, mordiéndome el labio inferior.
-Dispara- me dijo, tras dudar un instante.
-Si pudieras elegir, ¿te quedarías siendo famoso o preferirías ser normal como antes? -le solté, consciente de que era muy probable que no me respondiera.

*NARRADO POR JUSTIN*
-¿Puedo hacerte una pregunta personal? -dijo Mel. Parecía nerviosa.
Enseguída sospeché. Si le contaba algo personal, podría ir a las revistas y contarlo todo, o subirlo a Internet...
Pero algo en su mirada me hizo confiar en ella. Y la manera en la que se mordía el labio inferior me desarmaba.
-Dispara -dije.
-Si pudieras elegir, ¿te quedarías siendo famoso o preferirías ser normal como antes?
Alcé las cejas, y lo consideré. Cuando era normal, todo era mucho más fácil. Sin duda. Más relajante, muchísima menos presión. En cierto modo se vivía mejor sin todos los lujos de los que disponía ahora; podía caminar por la calle como uno más, podía salir con mis amigos y quedarme despierto hasta tarde, sabiendo que a la mañana siguiente no iba a pasar nada especial. Pero lo que a mí me gustaba era cantar, y más aún compartirlo con el resto del mundo. Ser famoso conllevaba mucha responsabilidad, demasiada para mi edad, pero también tenía sus ratos buenos; aquellas tardes cantando en los estudios de grabación, las firmas de discos con fans normalitas (que no gritaran ni se desmayaran, ni lloraran ni vomitaran), los conciertos, en los que me encontraba yo solo frente a un estadio lleno hasta los topes, yo solo mostrando mi talento, lo que más me gustaba, la música. Yo, la música y miles de fans a las que les gustaba lo que hacía.
Sí, por todos ésos momentos, elegiría ser famoso antes que normal. Aunque siempre echaría de menos la vida como era antes.
Se lo dije a Mel, trantando de explicarle lo que era ser famoso. Ella me miraba, escuchando atentamente. Era tan linda... Sus ojos castaños eran hermosos, sus labios, perfectos. Me encantaba su pelo, rebelde y a la vez precioso. Se veía que era una de mis fans, porque aunque me trataba como a una persona normal (cosa que ya ni mi madre hacía) se sabía cada momento de mi vida de famoso. Hablo de las cosas que ponen en las revistas, claro; los conciertos, canciones, giras, premieres...
-Vaya. Sí que debe de ser una decisión difícil. Verás, Justin, yo quiero ser actriz. Me encanta actuar. Cuando estoy actuando, en un escenario, enfrente de muchas personas que no conozco, haciendo de alguien que no tiene nada que ver conmigo... es increíble. Es como si le pudiera prestar un poco de vida a un personaje ficticio. Me siento bien actuando, por un rato se me olvidan mis problemas y puedo vivir mi propia aventura sin preocuparme por mi propia vida ni mi orgullo.
-Eso está muy bien. Seguro que actúas muy bien.
-Pero... me da un poco de miedo hacerme actriz famosa. ¿Y si luego no me gusta y ya no hay vuelta atrás? No quiero arruinarme la vida por querer ir demasiado rápido...
-Si de verdad sientes éso que me has dicho antes, es que compensará cualquier cosa. Créeme, cuando se tiene talento se debe usar. Merece la pena.
Mel me sonrió y me dijo:
-¿Sabes? Cuando vine a León, estaba muy enfadada con mi madre porque por culpa de éste viaje me iba a perder la oportunidad de encontrarte por las calles de Madrid. Y ahora, fíjate. Te he conocido, que es mucho mejor.
-Gracias. Al menos no eres una fan loca... fue lo que temí cuando te vi entrar en la cancha. Pensé: Oh, dios, acabo de llegar a España y ya me tendré que refugiar en el hotel para librarme de las acosadoras.
-¿Qué ha sido lo peor que te ha pasado por culpa de una fan? -susurró, con media sonrisa en la boca.
-Pues... una vez me atropellaron. Bueno, no me pasó nada, porque salté encima del capó del coche y además el conductor frenó... pero un grupo de fans me estaba persiguiendo, gritando como locas, haciéndome fotos con el móvil y tal... y tuve que meterme de lleno en la autopista para seguir con la ropa puesta.
-¿Llegan hasta ése extremo? -asentí-. A mí me daría vergüenza empezar a gritar así como así sólo por haberte visto. La gente de alrededor pensaría que estaba teniendo un ataque esquizofrénico, o algo así...
Me reí. No me imaginaba a Mel gritando como una loca...
De pronto, me fijé en la hora.
-Mel, ya va siendo hora de que vuelvas a tu casa. Son las doce y media...
-¡Oh, dios, es verdad! Lo siento, Justin -se levantó y me miró, como si le diera pena decirme adiós-. ¿Volveremos a vernos?
-Claro. ¿Mañana a las cuatro en el mismo sitio?
-Hecho.
-¿Quieres que te acompañe a casa? -le dije, haciendo acopio de valor. Sonrió de una manera que me hizo sonreír a mí también, y me dijo que le encantaría. Cogimos los balones y salimos de la cancha.
No vivía muy lejos. El paseo fue corto, y cuando nos despedimos y ella desapareció dentro de un edificio bastante viejo y feo, la casa de su abuela, me quedé unos minutos enfrente de la puerta, pensando en lo buena idea que había sido ir al parque aquél día.
Algo me decía que Mel era perfecta para mí. Era muy especial, lo notaba. No se parecía en nada a las demás chicas que había conocido; ella no era egocéntrica, como las famosas. Tampoco era sólo una amiga para mí, como Selena (a pesar de que nos viéramos obligados a fingir que salíamos y a besarnos en público por motivos de publicidad). Ella no se ponía a gritar, no estaba obsesionada, ella me trataba como a alguien normal.
Lo cual para mí era el mejor de los regalos.

4 comentarios:

  1. Tu novela esta GENIAL! enserio, me ha gustado mucho, y este cap también!
    Sigue así ;)
    Publica pronto ¿eh?
    Que enserio ya quiero leer el siguiente cap!
    besos *-*

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  2. Ok muchas gracias!! Llevo un tiempo sin publicar pero me esforzare, es que estoy con mucha presion en el instituto y tal...
    suerte (:

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  3. Solo una cosa ¿no la habían dado hasta la 1?, yo si me encuentro con mi idolo, llego a casa a la 1, no de un sitio que esta a 10 min de mi casa me voy a las 11:30... en todo caso a las 12:45

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    1. Perdon cuando puse 'once y media' queria decir 'doce y media'. Ahora lo cambio :)

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